Hace diez años (¡10!) comencé una pequeña tradición que, como me ha solido ocurrir con otras parecidas, se volvió un “ritual”. Escribir un manifiesto de verano pasó de ser un ejercicio inocente a una práctica espiritual. Se trata simplemente de poner palabras a lo que tengo en el corazón: una especie de declaración de intenciones de cómo quiero vivir es…
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Scriptorium para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.