El domingo pasado ocurrió lo inevitable: mis hijos cumplieron 14 años. ¿Pero cómo se atreven? ¿Cómo pudieron hacerme algo así? Lo digo en broma pero también lo pienso. ¡Es tan bittersweet! (no sé por qué me resulta un poco más suave y tierna la palabra en inglés, que nuestro familiar “agridulce”).
14 añazos. Oficialmente ya han dejado de ser niños, pue…
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Scriptorium para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.