Este mes ha sido el membrillo el que ha florecido y me encanta esa combinación entre el rosa suave de las flores y el verde medio de las hojas, tan delicado y diferente al rosa estridente del melocotonero. La primavera ya está definitivamente instalada y da gusto ver todo lo que crece y florece a mi alrededor. ¡El domingo viene!
Esta semana me ha tocado pasar por urgencias (antes que nada: estoy bien y voy mejorando, que no cunda el pánico). Casi instintivamente y para contrarrestar el malestar de salud y el mal trago de pasar por el hospital (es lo que tiene la formación de hábitos) empecé a preguntarme ¿Qué me está salvando la vida ahora mismo? No en plan positividad tóxica, sino como un pedido de auxilio (traducción: estar en el hospital no mola, tener dolor es horrible, pasarlo mal en el cuerpo debilita el alma y el espíritu. Todo eso es verdad, pero no es toda la verdad, de ahí la importancia de mirar más allá y más arriba). ¿Qué me está salvando la vida esta primavera? Aquí va:
Leer mi libro en familia. Ha sido toda una sorpresa, sinceramente. Porque no lo había planteado como un libro para leer en familia, aunque tampoco descartaba la idea. Me siento identificada con Madeleine L’Engle cuando dice que sus libros son para quien los quiera leer. Así que cuando tus propios hijos escogen tu libro por sobre El Libro de Oración Común, no puedes negarte a ello, ¿verdad? Ha sido una alegría para mi alma comprobar que dos adolescentes encuentran valor en mi nuevo devocional y lo hallan útil para sus propias vidas. “Me gusta la conexión entre las historias personales y los pasajes de la Biblia”, me dijo uno de ellos. Qué gran regalo.
Las flores: Es la segunda vez que me auto-regalo flores esta primavera. Tulipanes para ser específica. Al volver de Holanda el mes pasado, me traje unas semillas de unas flores multicolores, que estoy haciendo germinar (Veremos qué sale de ellas. De momento sólo unos brotecitos verdes). Pero además veo flores por todos lados: violetas, dientes de león, belloritas, las de los árboles frutales, las flores de los magnolios, los ajos silvestres, las falsas ortigas, la glicina de mi jardín… ¡La primavera ha explotado!
La música: hemos visto otra vez The greatest night on pop y podría verla una y otra vez. Además de que la canción me encanta y me trae recuerdos de una época, compartirla ahora con mis hijos y que sean capaces de apreciarla al mismo nivel aunque no hayan vivido en esa época, es una sensación difícil de explicar. También acabo de descubrir (disculpen mi torpeza e ignorancia) que Jon Batiste es el compositor de la banda sonora de la peli Soul. Fue como llegar a él por dos caminos distintos. Ahora quiero volver a ver la película, con esta información en mi mente (es más, creo que el protagonista se le parece un poco ¿no crees? )
Los libros: He terminado de leer Try Softer y lo super recomiendo . Jane Eyre me está encantando. Hacía mucho que no me atrapaba tanto un libro de esos de “leer por que sí” (aunque una siempre termina educándose también con este tipo de lecturas). He empezado a leer Atlas of the Heart , que me había regalado mi marido hace dos navidades. ¡Buenísimo! Ya saben que me encanta Brené. Habíamos visto su serie en HBO, basada en el libro, con nuestro equipo de trabajo y fue muy enriquecedora para nuestra vida. El libro es genial, me está encantando y refrescando la memoria. (¿por qué nos cuesta tanto salir del “triste”, “enfadada” , “contenta”? ¡hay muchas más palabras para describir nuestras emociones!). Me había dado de baja de HBO (confieso que me dí de alta por el especial de Friends) pero estoy considerando volver a suscribirme para poder ver Atlas of the Heart ahora con mis hijos y conversar sobre las emociones.
Escribir: Este post, mi diario, mi libro de las cosas comunes, el informe para el dossier de los niños, la lista de la compra (¡ja!)… Como diría Flannery O’ Connor “Escribo porque no sé lo que pienso hasta que leo lo que dije” . Escribir es mi manera de procesar la realidad y ordenar mis pensamientos.
Caminar: Con la llegada del buen tiempo estoy saliendo más seguido y mi cuerpo y mente lo agradecen. ¡Caminar cura!
Mi osteópata: Además de ser un amor de persona, me ayuda a mantenerme saludable, en el tratamiento del dolor crónico, me “acomoda” las vértebras, me da estrategias…. Si no tienes una osteópata en tu vida, ¡te la recomiendo!
Plantar: Ha llegado el tiempo de añadir patatas al huerto (además de las cebollas, berzas, fresas y frambuesas) y es una de las cosas que más disfruto plantar. ¿Será porque requiere meter más las manos en la tierra, o porque cosecharlas se parece a una búsqueda de tesoros? O ambas cosas, el caso es que me encanta.
Recordar: A propósito de la Cuaresma, estaba revisando cosas que he ido escribiendo por Semana Santa y vi oportuno rescatar este post (creo que fue mi primer entrada en substack) y este que compartí el año pasado, como también -aunque lo tengo abandonado- los episodios de Cuaresma de Resurrección en el Podcast.
Esto es todo por ahora. Hay más cosas, pero tengo esta noche tengo una peregrina en casa y tengo mucho que preparar. ¿Qué te está salvando la vida ahora mismo?
Les deseo una Semana Santa llena de sentido y propósito. ¡Feliz Pascua!
Cariños,
Fanny