Lo que hacemos en Marzo
Una receta (spoiler: la mejor tarta de cumpleaños), un ritual, un proyecto creativo y una máxima

Este mes ha florecido el melocotonero que me regalara un vecino en los tiempos de pandemia1. Como cuento en la lectura 21 de mi nuevo libro, de los árboles frutales (al menos los que tengo o he tenido), es el primero en florecer. No le tenía mucha fe (mi vecino) porque era un esqueje (o porque me lo estaba dando a mí y no confiaba mucho en mis habilidades). A decir verdad, yo tampoco me tenía mucha fe, dados mis múltiples fracasos con las plantas. Y es cierto que al principio no prosperó demasiado; la decisión de plantarlo junto al bosque no fue la más acertada. Aquel entorno era demasiado oscuro para él, la tierra no era tan buena y tenía frío (creo que hay alguna metáfora para la vida escondida en este relato, pero ahí lo dejo). Al otoño siguiente lo trasplanté al huerto, que está en una zona más luminosa y al abrigo de algunas casas o muros. Ha sido todo un acierto. Tímidamente cada año ha ido desplegando sus ramas. Y este 2025 se ha abierto “paso” a lo alto y a lo ancho, sin pedir disculpas ni permiso, y nos lleva regalando sus bellas flores rosadas durante prácticamente todo el mes. Para muestra bastan dos fotos:
El melotoconero florece incluso antes de que empiece la primavera, como puedes ver. Es todo un profeta: va anunciando las cosas que han de venir, nos hace “spoiler” de lo que nos estamos preparando para celebrar.
Ahora que el “primer verdor” ya está instalado, que ya ha pasado el cumple de mis “niños”, que ya he vuelto de viaje (¡he estado en Holanda!) y antes de que se acabe el mes, estoy preparada para contar “Lo que hacemos en Marzo”.
Al igual que el mes pasado, aquí van una receta, un ritual o práctica espiritual, un proyecto creativo y una máxima.
Pero este mes voy a empezar por el ritual, para ir un poco en orden cronológico.
Un ritual:

Marzo no se puede escapar de la Cuaresma. Febrero, a veces sí. Abril también. Pero marzo siempre (parte del mes, poco o mucho, pero siempre). Aunque el Miércoles de Ceniza caiga en Febrero (como ocurrió el año pasado), aunque la Pascua se celebre en abril (como es el caso este año), siempre, siempre al menos una parte de Marzo corresponde al tiempo de Cuaresma. Así que en Marzo, observamos el tiempo de Cuaresma. Intentamos ser intencionales, buscar lo que nos ayuda a acercarnos más a Dios, a la creación, los unos a los otros y a nosotros mismos. El ritual de marcarnos la cruz con ceniza ya forma parte de nuestra liturgia familiar. Lo hacemos en casa, en la intimidad de nuestro hogar. Leemos una oración de confesión, encendemos una vela (o varias), reflexionamos sobre las palabras que más nos tocan el corazón, confesamos, pedimos perdón, empezamos de nuevo. Hablo de esto en mi libro y es una práctica que recomiendo, pues a mí me aporta mucho valor, y me acerca más a Dios. Como sabes, “me gustan mucho los símbolos”…
Una receta: La mejor tarta de cumpleaños
Marzo es el mes del cumpleaños de mis “niños”, así que una de las cosas que hacemos en Marzo es celebrar. Teníamos una receta favorita de pastel hasta que encontré esta otra, que llevo usando desde hace unos años (este año ha sido el tercero, creo, y en esta ocasión la he hecho por sextuplicado, pues celebramos en familia el verdadero día del cumple con una tarta para cada uno, y luego el sábado pasado con los amigos, que para que alcanzara bien hice doble receta, por dos: cuatro pasteles, dos y dos). Aquí va la receta:
Ingredientes (para un molde de 22-24 cm de diámetro):
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