Scriptorium

Scriptorium

Share this post

Scriptorium
Scriptorium
Mi manifiesto de verano

Mi manifiesto de verano

el hábito construido en una década y tres remedios eficaces para el bloqueo mental

Avatar de Fanny Benítez
Fanny Benítez
jun 27, 2025
∙ De pago
1

Share this post

Scriptorium
Scriptorium
Mi manifiesto de verano
1
Compartir
Hortensias de mi jardín. foto de mi autoría.

Los que vienen de la época blogger, saben que llevo más de una década escribiendo un “manifiesto de verano”. Empecé un año (en el 2014) por probar, por hacer un “minialbum”, y rápidamente se volvió una disciplina anual.

Estoy casi segura de que no volví a hacer un álbum con los diferentes “manifiestos”, pues lo importante para mí no son los sellos ni los papeles bonitos, sino las palabras escogidas para cada verano. Algo empezó a ocurrirme con esta estación del año al detenerme cada junio a pensar cómo quería encararla. Así surgió unos pocos años despúes el “famoso” post de los 18 veranos (lo he migrado aquí a Substack por si lo quieres ver), al que algunas lectoras aún hacen referencia hoy en sus redes.

algunas páginas de mi álbum y primer manifiesto

Este año he de reconocer que me dio mucho trabajo encontrar las palabras, el tono, el sentir, la inspiración… No sé si será por todo lo que está pasando en el mundo, por el cansancio acumulado que me lleva a la falta de ideas, por entrar en un bucle de nostalgia de tiempos pasados, o por estar con mil cosas en la cabeza… O una mezcla de todo esto.

La cuestión es que me costó. No entendía bien por qué, ni sabía cómo solucionarlo. El trajín de final de junio tampoco colaboraba. Hasta que una vocecita interior me susurró al oído, recordándome lo que ya sabía y pareciera que me empeño en olvidar: los tres remedios infalibles y super eficaces para bloqueos mentales como el mío. Los recomiendo muy mucho, en cualquier orden, combinados o sueltos:

  1. Caminar. Ayer después de varios días, me puse las botas de senderismo y salí a caminar al atardecer. Estaba cansada, me dolía la espalda y tenía invitados en casa. Podría haber puesto todo esto como excusa, pero la llamada era demasiado fuerte como para ignorarla. Allí salí, y me hizo tanto bien como siempre.

  2. La naturaleza. Esta tarde después de tender la ropa, me senté en el banco del jardín con los pies descalzos apoyados en el suelo mirando el horizonte. No fueron muchos minutos, pero algo se movió dentro mío. Me sentí más tranquila, más conectada conmigo mismo, con esa creación que me acogía y con el Creador que me estaba esperando.

  3. La poesía. En el silencio me topé “por casualidad” con un bello poema de Wendell Berry que me allanó el camino para encontrar mi propia voz. Se llama “The peace of Wild Things” y se ha traducido como “La paz de las cosas salvajes”. Dice así:

    Cuando el temor por el mundo crece en mí
    y despierto por la noche ante el menor sonido,
    preocupado por qué será de mi vida y de las vidas de mis hijos,
    voy y me acuesto allí donde el pato silvestre
    descansa en el agua en toda su belleza ,

    y donde la garza real se alimenta.
    Entro en la paz de las cosas salvajes
    que no gravan sus vidas con la previsión del dolor.
    Entro en la presencia del agua tranquila.
    Y siento sobre mi cabeza a las estrellas ciegas al día,
    esperando con su luz. Por un momento,
    descanso en la gracia del mundo, y soy libre.

Con estos tres remedios, ya tengo más claras mis intenciones para el verano. Así que aquí va mi manifiesto1 para el 2025:

Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días

Suscríbete a Scriptorium para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.

Already a paid subscriber? Iniciar sesión
© 2025 Fanny Benítez
Privacidad ∙ Términos ∙ Aviso de recolección
Empieza a escribirDescargar la app
Substack es el hogar de la gran cultura

Compartir